Naturaleza y patrimonio histórico se funden en tierras cántabras. Espacios naturales del norte de España poco conocidos en esta región, y que te maravillarán en tu próxima vsita.

Reinosa es una de las cuatro localidades cántabras con título de ciudad, y a tan solo 40 minutos de Posada Sierra de Ibio, es capital de la comarca Campoo. Es una ciudad de orígenes medievales, siendo zona de paso entre costa cántabra y la meseta castellana. La iglesia de San Sebastián (de estilo barroca) y los edificios de la plaza del Ayuntamiento, construidos en los siglos XVI y XVII, bien merecen una visita. Sin embargo, aqui os presentamos otros lugares, poco conocidos, y de extraordinario valor histórico y natural. de esta comarca, una gran desconocida.

Castillo y Poblado Cántabro de Argüeso

Desde Reinosa tomaremos la CA-183, dirección hacia Nestares. Las indicaciones marcan la estación de esquí Alto Campoo, el nacimiento del rñio Ebro y el poblado cántabro de Argüeso.

Argüeso está encaramado en un cerro, rodeado de prados verdes, y con una fortaleza medieval declarada Bien de Interés desde 1983. El castillo de Argüeso se construyó en la zona sur de Cantabria entre los siglos XIII y XV con el fin de custodiar el camino que comunicaba la costa y Castilla a través del valle de Saja. Nació como emblema de señorío de la Casa Mendoza y estuvo habitado brevemente por doña Leonor de la Vega, la Leona de Castilla, que lo defendió de los Manrique de Lara.

Muy cerca se encuentra el poblado Cántabro, un espacio que nos hará viajar en el tiempo para conocer cómo era la vida cotidiana de los pueblos de la Edad del Hierro; una recreación de gran detalle en la que incluso se han construido réplicas de antiguas cabañas.

Nacimiento del Ebro

La segunda parada es el lugar donde nace oficialmente el río Ebro, a las afueras de Fontibre. Un caminito de piedra nos lleva hasta la Fuentona. Chopos y fresnos rodean el manantial de cuyas aguas surge una columna de piedra –con los escudos de las provincias por las que pasa el río– sobre la que hallamos la imagen de la Virgen del Pilar. Si quieres saber todo lo relacionado con el Ebro, te recomendamos la visita al Centro de Interpretación donde conocerás todos los detalles.

Julióbriga

En dirección sureste, hacia el embalse del Ebro, concretamente, al municipio de Retortillo. La iglesia de Santa María (s. XII) se alza sobre una necrópolis medieval y los restos de la antigua ciudad romana de Julióbriga. La «ciudad fortificada de Julio» fue el único de los nueve poblados cántabros digno de ser recordado por su desarrollo urbanístico, según palabras de Plinio el Viejo. Por allí pasaban las mercancías llegadas desde el Cantábrico camino de la Meseta y las que regresaban de la costa hacia el interior. Juliobriga brilló entre los siglos I y II. Después comenzó su declive hasta quedar abandonada en la segunda mitad del siglo III.

Santuario de Nuestra Señora de Montesclaros

Dirección sur, llegamos a Valdeprado del Río, al hogar de la Virgen de Montesclaros, patrona de Campoo. El monasterio –también hospedería– alberga una cueva de eremitas sobre la que se alza una iglesia románica con restos de pinturas y, frente al altar, un cubículo donde veremos las tumbas de dos caballeros templarios. Sobre esta construcción se encuentra el santuario, de estilo neoclásico, y que ciertamente se halla en desventaja respecto a tantas pequeñas iglesias románicas como las que se encuentran en la comarca y en las vecinas Burgos y Palencia.

El conjunto estuvo al borde de la desaparición tras la desamortización de Mendizabal (mediados del siglo XVIII), pero sobrevivió gracias a la decisión de los alcaldes, que compraron el complejo y lo cedieron a los frailes dominicos por un céntimo de euro y una misa. Este singular acuerdo permite disfrutar hoy día de un centro de fe que, visto desde la carretera que desciende de Alto Campoo, ofrece una visión poderosa, encaramada en un alto y defendida por profundos valles.

Valle de Valderredible

El rio Ebro sale de Cantabria para dirigirse a Burgos a través del bello valle de Valderredible en el que hay que visitar sus iglesias rupestres y románicas o las torres de Ruerrero y Cadalso. Antes de la Edad Media ya hubo pobladores en el valle, como lo atestiguan las pinturas esquemáticas del abrigo rocoso de El Cogular datadas en la Edad del Bronce. Por aquí también pasaron los romanos. El yacimiento de Santa María de Hito –sobre cuyos vestigios se asentó una necrópolis medieval– da buena fe de ello.

La colegiata de San Martín de Elines, una edificación sorprendente, con una torre circular muy alta, poco común en estas tierras, su único ábside con una cubierta decorada por una rica colección de canecillos y el claustro renacentista por el que se entra a la iglesia y que expone piezas de la colegiata y de algunas iglesias de los alrededores. Según los estudios, fue construida a principios del siglo XII sobre los restos de una iglesia anterior de estilo mozárabe.

Ruta de los menhires de Valdeolea

Son 12 kilómetros de un recorrido lineal que se cubren en unas 3 horas y media. Puedes leer el articulo completo de los Menhires de Valdeolea en nuestro blog. La ruta comienza en Mataporquera, capital de Valdeolea y termina en Reinosilla y verás los 8 menhires: El Cañón, El Peñuco, El Cabezudo, La Llaneda, La Puentecilla, La Matorra I, La Matorra II y Peñahincada.

FUENTE: ELCORREO.COM