La Ruta de los Foramontanos es una parte del itinerario medieval que realizaron los colonos cántabros en el siglo IX cuando salían de las montañas tras la Reconquista para repoblar las tierras de la España vaciada de entonces, abandonadas por los árabes. La ruta transcurre por una Cantabria de gran riqueza forestal, con preciosos y mágicos pueblos en los valles y en zonas de media montaña.
Fue precisamente esta ruta la que sirvió para acuñar el término «foramontano» (foras monte – del otro lado de las montañas) en referencia a las gentes que salieron de Malacoria, actual Mazcuerras, y usaron esta vía para traspasar la Cordillera Cantábrica hasta ocupar la meseta castellana. Discurre por los actuales términos municipales de Cabezón de la Sal, Mazcuerras, Ruente, Valle de Cabuérniga, Los Tojos, Campoo de Suso (en Cantabria), y Brañosera (en Palencia).
La ruta de los antiguos foramontanos puede partir desde la Posada Sierra de Ibio, hacia la localidad de Mazcuerras, conocida por haber sido la cuna de la escritora cántabra Concha Espina y por integrar en su casco urbano un conjunto de casonas montañesas muy bien conservadas. Esta ruta nos permite disfrutar de la conducción entre bellos parajes. Son unos 50 km (sumando adicionalmente 20min con la visita a Bárcena Mayor).

Partiendo desde la Posada Sierra de Ibio, dirección Mazcuerras, y por la carretera en paralelo al rio Saja, pasando por Cos y dejando a la derecha el puente de Santa Lucia (frontera con Carrejo y Cabezón de la Sal). Conducimos entre altas lomas, atravesando las la Sierra del Escudo, que divide geográficamente Cantabria entre su franja costera (la Marina) y los Valles interiores (la Montaña). Uno de estos valles está apunto de aparecer, el Valle de Cabuérniga.
La ruta se adentra en una serie de pueblos que se caracterizan por sus casonas de piedra, con grandes solanas y balcones. Estos pueblos están en los municipios de Cabuérniga y Ruente, (Ucieda,Ruente y Barcenillas) que cuentan con bellos conjuntos arquitectónicos e importantes muestras de edificios religiosos, entre los que sobresalen las iglesias de Sopeña, neobarroca, y las de Renedo, de Terán y de Ruente, todas ellas de los siglos XVII y XVIII. Dentro de la arquitectura civil, destacan las casonas solariegas y palacios de estos valles, entre ellas las de Cossío y Terán, el palacio de Mier y la cala de La Nogalera en Ruente, y el palacio de Terán en Cabuérniga.
Este valle es la esencia de la Cantabria rural, muy mimada, con vegas de fértiles pastos idílicos para la vaca autóctona tudanca. Todos sus pueblos presentan una cuidada arquitectura tradicional, desde las primorosas casas montañesas hasta los cierres de pastos en muretes de piedra.

A la altura del pueblo de Valle, seguiremos rectos en el cruce, continuando ruta por la CA-280, embelesándonos con la belleza de pueblos rurales y mosaicos de “praos”. Paradigma de ellos es el pueblo de Bárcena Mayor cuyo desvío (por la carretera local CA-817) supone 10 km. de desvío y otros tantos de vuelta, pero aún mayor es la recompensa de visitar el pueblo más antiguo de Cantabria.
Bárcena Mayor está declarado como Conjunto Histórico-Artístico desde 1979 y es el único núcleo rural habitado dentro de los contornos del Parque Natural Saja-Besaya. Habilitado con un aparcamiento para dejar los vehículos y recorrer el pueblo dando un paseo. Sus calles empedradas nos muestran las casas y casonas montañesas, con piedra y madera decoradas, con soportales y solanas engalanadas.
Deshaciendo la carretera recorrida volvemos a retomar ruta, subiendo hacia el espacio natural del Parque Saja-Besaya que podremos conocer mejor en el Centro de Interpretación ubicado en la antigua casa forestal, pasado el pueblo de Saja. Además de los fondos didácticos organiza rutas guiadas.

La belleza de la carretera que ascendemos es arrebatadora. Discurre entre un pasadizo forestal formado por las quimas de las hayas, brazos prolongados de los densos bosques. El agua se filtra por debajo de la calzada en numerosos pasos de corrientes, uno de ellos supone la despedida del Río Saja que se retrae hasta su nacimiento en los mágicos pastos mancomunados de Sejos.
Podemos hacer un alto en el Mirador de la Cardosa, una balconada que ofrece unas vistas magníficas sobre las capas de bosque y valle recorridos.

Enseguida coronamos el Puerto de Palomera en sus 1.260 m. de altitud y percibimos claramente el contraste del cambio de paisaje, con las brañas de alta montaña y el perfil de las sierras.
Descendemos ya por tierras campurrianas hasta la Espinilla, capital del municipio de la Hermandad de Campoo de Suso.
Fin de nuestra ruta. (Para los antiguos Foramontanos era el comienzo de su asentamiento hasta el Duero).
La naturaleza de este territorio está dominada por la imponente presencia de un circo de picos que superan los dos mil metros, y entre los que destaca el Pico Tres Mares, así llamado por ser donde nacen ríos que vierten sus aguas a las tres vertientes ibéricas: la cantábrica, la atlántica y la mediterránea. Es en estos picos donde está la estación de esquí de Alto Campoo. Otro lugar emblemático de este municipio es Fontibre, donde está la fuente en la que nace el río Ebro.
Desde aquí, queda cerca Reinosa y la Autovía para regresar a la A8, y de alli la salida a Cabezón de la Sal, para regresar a la Posada Sierra de Ibio.
¿Os gustó la ruta?
Fuentes: Revista Viajeros, Esencia de Cantabria, Cantabria con Niños, escapada Rural
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